Saturday, December 27, 2008

Hace tres años escribí:
"Llega la Navidad. ¿Qué es la Navidad? Si hiciéramos una encuesta, la respuesta más frecuente sería: "regalos, fiesta, diversión, vacaciones, arbolito, papá Noel..." ¿Por qué hemos dado la vuelta a su significado original? La primera Navidad, la que decimos que celebramos, es el nacimiento de Jesús. Y no fue precisamente una fecha de diversión... José y María son rechazados en Belén y no encuentran alojamiento, porque son pobres. Y tienen que irse a una cueva. La sociedad del bienestar y del consumo rechaza totalmente al Jesús real. Es cierto que tiene el consuelo de los pastores -los más pobres- y de los Magos -unos extranjeros-. Pero las autoridades quieren matarlo y ordenan asesinar a todos los niños menores de dos años. La Navidad original es pobreza, compromiso, solidaridad con el débil, redención... ¿Qué nos queda hoy día?"
A las puertas del 2009, ¿han cambiado mucho las cosas? ¿en qué dirección? Hoy los gobiernos de los países ricos dan miles de millones a los Bancos. ¿Y a los pobres, a los que representan al Jesús del siglo XXI, cuánto les dan? "Y vino a los suyos y los suyos no le recibieron", escribió Juan en el cuarto evangelio. Esa es la Navidad real que vuelve a repetirse año a año, día a día. Los del Sur llaman a las puertas de sus hermanos del Norte y no encuentran posada; sólo muros, fronteras vigiladísimas y rechazo frontal. ¿Romántica y dulce Navidad? ¿Real y amarga Navidad? Me quedo con la de Jesús: solidaria, redentora, activa, positiva, generadora de esperanza...

2 Comments:

Blogger Julia Almécija said...

Tu posteo me recuerda un reportaje que leí hace años (tal vez muchos) en una revista española: dos periodistas se vistieron ella de pueblerina embarazada de nueve meses y él de otro tanto carpintero.
La noche de navidad la pasaron en Madrid tocando puertas idóneas (no recuerdo exactamente cuáles pero sé que entre ellas un par de iglesias, dos o tres conventos) pidiendo les permitieran pasar la noche pues acababan de llegar de la provincia y no tenían donde quedarse.
Paradójico, pero después de una negativa tras otra, el que les ofreció su casa (un catre, una manta) y lo poco de que disponía para la cena de navidad, fue el conserje, de un pequeño edificio, que se apiadó de ellos...
No se me ocurren comentarios para añadir pero el reportaje traía fotos a todo color y el título era algo parecido a, La historia de Belén se repite en nuestros días.
En fin... tal parece que avanzamos en círculos.

Un abrazo y mis mejores deseos para el próximo año, Bosco (hazlo extensivo a Elsa, por favor)

5:23 PM  
Anonymous Anonymous said...

Comentar algo de Navidad en marzo quizás sea arriesagado, pero... aquí va de todas maneras. En principio, comentando un poco lo del comentario de Julia, creo que lo importante en el mundo es que aún podemos encontrar gente que abra la puerta, a pesar de las cuantiosas negativas. El miedo, el odio, el racismo, los nacionalismos y todas las otras razones por las cuales mucha gente cierra sus puertas deben también entrar en la casa de nuestra comprensión, aunque, en la medida de lo humanamente posible, no en la de nuestras acciones. Pero ¿quién no ha sentido miedo y actuado seguiendo sus designios ciegos?
Luego, en cuanto a los estados que dan dinero a los bancos, esto no es, curiosamente, obra de los estados... En realidad, somos nosotros quienes damos dinero a los bancos... Ellos hacen lo que les parezca más rentable con él y, en seguida, nos pagan nuestros intereses. Los gobiernos que han optado por planes de salvataje a la banca han pensado no tanto en los accionistas y/o propietarios de bancos, que saben muy bien dividir sus riesgos y que deben ser propietarios de industrias, latifundios e immuebles, sino en los millones de personas que solo tenían una cuenta bancaria como argumento para dar confianza al resto de su existencia. Haciéndolo, sin duda, han hecho que las cosas sean más difíciles para los jóvenes que comienzan, como María y José, por la inflación y todo eso, pero así viene sucediendo desde hace mucho tiempo en la historia económica monetaria.
Sin embargo y en fin, para concluir, me da gusto que todavía se pueda encontrar gente calurosa y campechana que dé hospedaje, e incluso más, a los que lo piden. Pesebres con calefacción también. Del lado de los estados, sin duda, me parece que habría que cambiar el sistema de la confianza (del poder que se ejerce, también, desde abajo hacia arriba). Pero cuando vemos las obras monumentales que ciertas instituciones han tenido, el bienestar que han procurado para los que los rodean, es difícil "creer" en otra cosa que en esas instituciones que tienen un respaldo material monumental... Creo que Marx llamaba a esta tendencia "fetichismo" y que estaba en el origen del complejo de minusvalía de muchos hombres.

3:24 AM  

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